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domingo, 27 de noviembre de 2016

Documental 2016

YOUTUBERS in the hamptons

saliendo de las cosas malas

Estoy con un semblante mejor, me siento bien y cuido mi salud mental es decir ansiedad 0 y estres minimo. Soy fiel a la virgen maria auxiliadora y la virgen del rosario y ahora he decidido rezar y tambièn ir a misa. Encomiendo que me ayude la virgen a ayudarme en estos momentos dificiles de la vida. Aunque por el momento ando muy bien y buen semblante. El clima en Uruguay esta cambiante hace sol pero aveces hace frio todo me parece muy bueno y espero ver cielos mas celestes.

martes, 22 de noviembre de 2016

¿Còmo usar los cubiertos correctamente?

Me encanto el video, es facìl cometer un desliz pero con este video, aprenderas a usar los cubiertos en cenas formales.


Peinados para pelo corto

Estuve buscando peinados cool pero que sean para pelo corto y esto me gusto, mi pelo es como el de ella. esta de ese tamaño

¿Còmo vestir y combinar blazer?

Esta muy lindo el video espero que lo vean. saludos.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Estoy con nervios de punta

Probe con relajarme mirando peliculas y tomando agua. No se mucho que hacer para no depender tanto de mi ansiolitico. Aveces cuando lo tomo me da un sueño y hasta tiro baba. Me ha pasado en ocasiones que me deja tan relajada que no hablo mucho. Si esto sigue pobablemente termine tomando mi dosis de siempre pero hoy tengo que llevar a la niña al cole y no puedo darme el lujo de dormirme
asi que hasta la tarde no quiero malograr.
Me dormi un poco en la mañana. Me levante a las 8.00 am y dormi muy bien.
Como dicen siempre que llueve paro aunque una vez hubo un diluvio y todos murieron ahogados entonces como que no tiene tanta fortaleza ese dicho.

http://www.desansiedad.com/2014/03/14/estas-dejando-los-ansioliticos-y-te-sientes-pesimo/

domingo, 20 de noviembre de 2016

No sabia que fuera mas peor de lo que imaginaba

Yo tomaba y recien he terminado de mi dosis para irme a dormir de 2 mg de una ansiolito . No la necesitaba para dormir, pero algo en mi tenia mucho panico de no poder conciliar el sueño. tenia mucho miedo. Decidi no tomar ya mi dosis para dormir por un tema de que quiero estar libre de esto. NO sabia  el infierno que iba a ser. Con nauseas y vomitos, mas nervios y la verdad . vivo presa del estres y del efecto rebote. Nunca pense que dejar la dosis de 2mg por la noche me iba a dejar en un caos. Siento miedo y a la vez siento que puedo mejorar, he intentado relajarme por mi sola, pero por el momento aun tomo 2mg por dia.
Mi esposo toma vino para relajarse talvez pueda intercambiar un vaso, necesito algùn consejo. Estoy leyendo los post antiguos y me parece eso que dije que aguantarse la ansiedad. Lo vivi en carne fresca me aguante los nervios. Pero creo que es mejor dejarlo a pocos. sera dificil pero en la vida hay retos. Lo que si me molo de estos ansiolitos es que uno  pueda quedar dependiente.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Cómo vencí mi adicción a los ansiolíticos.- relato de una escritora Boliviana


Si alguien me hubiera dicho que iba a llegar a los treinta batallando una adicción, probablemente no lo habría creído. No porque me considerara inmune a las tentaciones, sino porque la adicción implica un compromiso con la autodestrucción del cual nunca me he sentido digna. Era mediados de 2010 y todo indicaba que sería un buen año: acababa de publicar mi primer libro y de comprar una casa en Ithaca, en el estado de Nueva York, donde me habían ofrecido una beca para estudiar el doctorado en literatura en la universidad de Cornell.
Llegué a Ithaca a mediados de agosto. Me encontré con que el dueño anterior de mi casa –un octogenario profesor de Cornell– había muerto el verano anterior dejando cajas enteras con sus pertenencias: sombreros de copa, postales enviadas desde Asia, acuarelas japonesas. Mi nuevo barrio me sorprendió con sus modales de suburbio de los años cincuenta; una vecina dejó una cestita con moras y una tarjeta de bienvenida en mi puerta. Las primeras semanas estuvieron repletas de eventos sociales: asados con hamburguesas de soja –la mitad de mis compañeros eran vegetarianos–, excursiones al lago Cayuga, conciertos de música electrónica bajo el cielo de verano.
Hacia la tercera o cuarta semana, la presión académica se intensificó y empecé a familiarizarme con el lado menos amable de estudiar en una Ivy League (universidad de prestigio). En una de mis clases, el profesor asignó el Tractatus de Wittgenstein para la semana siguiente. Saqué las cuentas. Entre Wittgenstein, Los hijos de la medianoche de Rushdie y los Naufragios de Álvar Núñez Cabeza de Vaca, debía leer alrededor de 400 páginas diarias. Se acabaron los conciertos, los asados, los fines de semana libres. Ahora, apenas terminaban las clases, todo el mundo corría a la biblioteca o a su casa. Un compañero me contó que caminaba por el campus evitando hacer contacto visual con la gente, así no tenía que detenerse a hablar con nadie y se ahorraba algo de tiempo.
En consonancia con la clase sobre naufragios que llevaba, yo también comencé a naufragar. Cumplía a duras penas con las tareas a costa de sacrificar el sueño y de vivir en perpetuo estado de angustia. El significado de lo que leía se me escapaba y en clase perdía el hilo de las discusiones. El clima tampoco ayudaba: los tonos cobrizos del otoño fueron reemplazados por un paisaje espectral de árboles desnudos que arañaban el cielo siempre encapotado de Ithaca. Poco después llegaron las nieves, y con ellas mi melancolía se acentuó.
Aterricé en el consultorio de la psicóloga con el ánimo estragado por el insomnio y con grandes medialunas bajo los ojos. La mujer, una especialista en técnicas de modificación de conducta, me presentó unas planillas en las que debía anotar con exactitud las horas que dormía, el número de veces que me despertaba y el tiempo que tardaba en volver a caer dormida. Intenté seguir ese método durante tres días hasta que lo descarté por inútil. Cuando sugerí que mi insomnio podía tener un origen emocional, la psicóloga se dio por vencida conmigo y me consiguió una visita con la psiquiatra esa misma tarde.
La psiquiatra escuchó mis síntomas y concluyó que tenía un trastorno de ansiedad con insomnio. Tampoco le interesaba escuchar: salí de su consultorio con una receta de 0.5 mg. de clonazepam –un potente ansiolítico que en Latinoamérica se vende bajo el nombre de Rivotril, Ravotril o Clonex– y Trazodone, un antidepresivo. Tomé el antidepresivo una sola vez y pasé un día observando el mundo como si me hubieran arrastrado al fondo de una piscina. El clonazepam, sin embargo, me devolvió a una relativa normalidad: empecé a dormir por las noches. Después de un tiempo, el clonazepam se convirtió en parte de mi rutina. Lo tomaba cada noche de manera automática, como otros toman vitaminas. Nunca cuestioné su uso. Después de todo, ¿quién está libre de pecado?
Algunos de mis compañeros del doctorado escribían sus ensayos a punta de Adderall, una anfetamina legal que sirve para concentrarse y aumentar la productividad.
Los tranquilizantes formaban parte del botiquín familiar desde que tengo memoria. De hecho, fue mi madre quien me dio mi primer clonazepam a los dieciocho años, antes de un examen importante (ya desde entonces me rondaba el insomnio). Dos años más tarde encontré en su mesita de noche una caja de flunitrazepam y sin dudarlo me llevé una pastilla a la boca. Desperté doce horas después –el sol del mediodía dándome a la cara– vestida con la ropa del día anterior y con una zona gris en la memoria.
Ah, el dulce olvido. El clonazepam era capaz de doblegar a la vocecita interna que me mantenía despierta, de reducirla a un murmullo inofensivo. Asumimos que la realidad es demasiado amenazadora como para a frontarla sin recurrir a la piedad química. Alberto Fuguet escribió una oda al clonazepam en la que se refiere a él como una droga “de moda, transversal, piola, unplugged, discreta”, algo “que no te hace sentir más; te hace sentir menos. Y eso, a veces, es una buena sensación”. Pero “sentir menos” de forma artificial también tiene consecuencias, y es que lo reprimido vuelve: toda la ansiedad que el clonazepam enmascara regresa como un boomerang cuando se deja de tomarlo.
Un año y medio después mi dosis había subido de 0.5 a 0.75 mg. Una vez al mes pasaba por el consultorio de la psiquiatra para recoger mi nueva receta; la visita nunca duraba más de diez minutos. Ya casi había olvidado cómo era dormir sin muletas químicas. Con la nueva dosis estaba agotada todo el tiempo y sentía que una gran sombra negra se había instalado sobre mi ánimo, una suerte de depresión de fondo que opacaba incluso los momentos felices. Intuitivamente, durante unas vacaciones en Bolivia supe que debía dejar el clonazepam. Estaba dispuesta a no dormir unas cuantas noches.
Sin embargo, nada me preparaba para el brutal síndrome de abstinencia que llegó al cuarto día.
Al vómito y los temblores se le sumó una intensa paranoia, un miedo irracional a la gente y a ciertos objetos. Me aterrorizaba quedarme sola, pero la idea de verme rodeada de gente me daba pánico. Cuando me duchaba creía que la ducha estaba viva y quería matarme de una descarga eléctrica. Rehuía la luz del sol porque me lastimaba los ojos. No podía comer: todo lo que me llevaba a la boca tenía el sabor metálico de la sangre. Pequeños diablitos llenaban mi campo visual. Un día vino a verme un amigo y mi primer instinto fue esconderme debajo de la cama. Creía que estaba volviéndome loca y no quería que me vieran en ese estado. Al final del sexto día estaba tan enferma que no podía salir de la cama, de modo que volví a tomar mi dosis habitual de clonazepam. En cuestión de veinte minutos, los síntomas empezaron a remitir.
Esa noche hice lo que debí haber hecho más de un año atrás, antes de seguir a ciegas el tratamiento de la psiquiatra: me conecté a Internet y busqué la palabra “clonazepam”. Me costó un buen rato asimilar la sorpresa: el clonazepam era altamente adictivo más allá de las dos semanas de uso, producía un síndrome de abstinencia más intenso y prolongado que el de la heroína, podía provocar daño cerebral, la recuperación tomaba años en algunos casos y no estaba garantizada… ¿Cómo era posible que fuera legal una droga tan peligrosa?
Surfeando la red, me encontré con un sitio web británico, The Ashton Manual. En muchos aspectos, este encuentro me salvó la vida. El sitio no sólo explicaba muy bien los síntomas que había estado padeciendo, sino que ofrecía programas detallados para descontinuar el clonazepam gradualmente. Ante todo, la página insistía en la importancia de dejar la pastilla a lo largo de varios meses, haciendo minúsculos cortes cada semana. Suspender la ingestión de manera abrupta podía causar convulsiones. La psiquiatra no me había dicho nada de eso. De hecho, la única ayuda verdadera que recibí fue a través de foros virtuales como “benzobuddies.com”, donde otros adictos a los tranquilizantes me ofrecían consejos a partir de sus propias experiencias.
Busqué a otra psiquiatra. Durante la primera cita le pasé el manual Ashton y le dejé en claro que lo único que quería era dejar el clonazepam; esta vez no aceptaría más pastillas. Tardé once meses en dejar el ansiolítico, bajo su supervisión. En ese tiempo empezaron a aflorar fobias nuevas. Cada vez más privado de clonazepam, mi cerebro era como una langosta arrojada al agua hirviendo: me estremecían los ruidos y las imágenes del mundo. Acostumbrada a viajar seguido, de repente descubrí que tenía una aversión invencible hacia los aviones o a los espacios cerrados. Las caras de los conocidos y de los extraños me sobresaltaban por igual. Un día nublado, haciendo cola en la entrada de un cine, sentí que el cielo me amenazaba: o bien se desplomaría sobre mí, o bien se revertiría la gravedad y yo saldría disparada hacia el espacio. Desde entonces, mirar al cielo me producía vértigo. Hacia el final, me acostumbré a dormir cada dos días.
Dejé de escribir. Dejé el alcohol, dejé la cafeína. Dejé a los amigos. Casi dejé la universidad. Acabé en el hospital un par de veces. Hubo muchos días en que la depresión generada por la abstinencia era tan implacable que tenía que recordarme razones para vivir. La necesidad de no ceder a un último resquicio de dignidad me impulsó a seguir dando clases durante la última parte de mi desintoxicación, aunque a veces me dieran ataques de pánico o me olvidara de lo que estaba diciendo en mitad de una oración.
Hace unas semanas que tomé mi última dosis minúscula de ansiolítico. Me gustaría poder decir que desde entonces estoy bien, que soy feliz, que me he convertido en una mejor persona. Pero el proceso de recuperación es lento y todavía sigo lidiando con el legado fóbico del clonazepam. Vivo en un mundo de miedos caprichosos. Me cuesta encontrar ciertas palabras o entender todo lo que leo. Pese a todo, hace poco volví a darme un lujo con el que no podía soñar durante los últimos meses: pensar en el futuro .
Durante meses tuve vergüenza de admitir que estaba siguiendo un programa de desintoxicación. Algunas personas me miraban con desconfianza. Mi familia todavía no comprende bien qué me pasó; les cuesta aceptar que algo así pueda suceder bajo supervisión médica. Pero desde que empecé a abordar este tema con honestidad, he descubierto que casi toda la gente que conozco está enganchada a una u otra pastilla. En la universidad no sólo se consumen drogas para divertirse sino sobre todo para pasar los exámenes, para escribir una tesis, para sobrevivir a la competencia.
El año que llegué a Cornell, tres estudiantes se suicidaron arrojándose de los puentes que hacen famosa a Ithaca. Preocupada por su reputación –el periódico USA Today llamó a Cornell “la escuela de los suicidas”– la universidad invirtió cientos de miles de dólares en ayuda psiquiátrica para los estudiantes. Sin embargo, en el tiempo que vi a la mía, nunca me preguntó por las verdaderas causas de la angustia; se limitaba a averiguar si mis problemas personales interferían con mi rendimiento académico. A veces fantaseo con vengarme de ella.
El adicto a los ansiolíticos no busca un subidón ni una revelación ni sexo ni placer; necesita las pastillas para no convulsionar. No se trata de un problema de voluntad sino de supervivencia. Es fácil temer a las drogas duras, pero la mayoría de la gente no sabe que las drogas de prescripción pueden ser tanto o más dañinas. Hace unas semanas le comenté a una amiga que acababa de ganar la larga batalla contra las pastillas. Le conté del año perdido en mi vida y de lo mucho que me estaba costando recuperarme. Nos estábamos despidiendo cuando me dijo: “¿Y qué vas a hacer con las que te sobraron?”

link: http://www.clarin.com/sociedad/venci-adiccion-ansioliticos_0_871113051.html
http://www.benzo.org.uk/espman/bzcha01.htm

Pequeños trucos para dejar una pastilla ansiolitica.

Buenas noches; Cada tanto escribo y se me ocurrio escribir como consigui no depender tanto de una pastilla ansiolitica.

Paso nro 1: Tener una alimentaciòn balanceada rica en proteinas.
Paso nro2 : Buscar un psicologo o un amigo que te hable como un psicologo.
Paso nro3 : Tomar poca dosis de pastilla o rebajar la dosis.
Paso nro4 : Aguntarse un poco la ansiedad mirando cosas que te agraden en mi caso
lo que  pongo en el blog me ayudo a relajarme.
Paso nro5 : Suspender la dosis consulta a tu psiquiatra. 

Desafio fashionista videos

martes, 15 de noviembre de 2016

Còmo hacer chokers Low cost.

¿Cómo hacer pestañas de fantasía?

No estan dificil comprandote, una pestañas postizas o falsas en forever21 o en donde mas creas conveniente.
Echando brillo con una brocha o pincel especial
usando lentejuelas
pegando plumas

chokers

Para las chicas que nos encanta como luce en el cuello.

gargantilla de los 90!s
(naitins)
¿Cómo hacer una Chokers lowcost?

MÁS lectura

lunes, 14 de noviembre de 2016

Mirando Vlogs de Ecuatoriana

Ando en internet surf the web, despues de haber llevado a clases a mi hija. Me gusta ver videos de youtube. La vida en Uruguay es simple si tienes lo necesario. Y asi van pasando los días y tenemos que pronto se acerca Navidad. Tengo que salir . los dejo con este video que lo vi y me agrado la comida thai.




sábado, 12 de noviembre de 2016

¿ Cómo vestir en Paris y los basicos?

Encontre uln video de una mexicana que explica muy bien como lograr tener un armario de ropa  basica y bien Parisina, su Vlog una mexicana en Paris me encanta, me encantarón sus consejos, siento que todos tenemos que llevar prendas y aveces hasta Chanel en nuestras vidas.

Sin más preambulos el video a continuación. sldos.


jueves, 3 de noviembre de 2016

Acerca de todo

Quiero decirlos que estuve navegando por olas de la web por Youtube. LiKE a Sr. con yate lol
y bueno mirando mis estadisticas hay personas que vienen a mi blog mediante yandex.com que es como un bing para Rusia algo parecido no me tome mucho tiempo en ver pero busque. mmm
Siguiendo navegando me tope con un video de Valeria Basurco Vlogs en un desfile  del LIFWEEK
no pude olvidar una canciòn que he escuchado y la verdad no he prestado la debida atenciòn.
http://lifweek.pe/lifweek16-17/
Los polinesios Vlogs hablaban en uno de sus videos de la vida en Hotel de Youtube , en el youtubeproweek; una curiosidad era que sus nùmeros en la habitaciòn eran referentes al I-ching
Tengo teorìas acerca de los youtubers pero no quiero meterme en lleno en eso porque este blog fue creado unicamente para las cosas que me agradan aunque no està del todo 100% agregado es mera i improvisación mìa. Generalmente improviso y todo no es del todo organizado ni meramente elaborado son ideas o cosas que estàn pasando hoy o que que pasaròn. Todavìa no logro generar un contenido adecuado para este Blog.

y la canciòn es:


miércoles, 2 de noviembre de 2016

Vogue Anna Wintour Sub Español

Quiero decir que siempre me agradado comenzar a aprender de moda o fashion con algo de base y me he guiado mediante revistas aunque Vogue para mi fue lo màximo en inspiraciòn  y es un gusto ver videos de la directora en EEUU que hasta libro y peliculas tiene, incluso salio en Zoolander2.

Para mi es una persona con muchas responsabilidades porque la moda a simple vista es como decir para otros muy superficial pero si conoces màs de cerca, lees , hay ciertas normas y colores. Creo que  todo no es como parece y hay mucha disciplina para conseguir resultados.


MUSIC NOVIEMBRE II

Roger Sanchez - Another Chance Stardust - Music Sounds Better With You ( Official Music Video HD ) From GTA V Melanie Martinez- Toxic.

martes, 1 de noviembre de 2016

Youtubers por mundo (dos)IIC

Como no puede haber uno sin dos tenemos seis opciones de youtubers diferentes algunos hablan de vivencias, otros de moda, otros solo se dedican a entrevistar y algunos son buenos en la cocina.
Debo presentar estos youtuber que he visto sus canales y me parecen interesantes.

1.-luisitocomunica
Me parece un youtuber muy interesante, es Mexicano , hace Vlogs estuvo en Perú y en muchos países.
https://www.youtube.com/user/LuisitoComunicaa

2.- yuya
Es una chica encantadora y muy cordial, por el momento solo he visto pocos videos.
https://www.youtube.com/user/lady16makeup

3.-Orielos Kitchen. Recetas sin lactosa
aprendi muchos truquillos y tips de cocina muy menudos aplicables para la gastronomia internacional.
Es  curioso pero no era chef pero muestra recetas muy buenas sin lactosa claro.
https://www.youtube.com/user/Orielo

4.-Henry Spencer
Su voz es muy buena, me encanta sus preguntas indiscretas a universitarios en Perú.
https://www.youtube.com/user/xDispenserx
5.-londonfem
Por fin encuentro una Boliviana vive en Londres y es muy sociable: peinados, recetas y lifestyle.
https://www.youtube.com/user/LondresFem

6.-lydia Elise Millen
Me encanta sus carteras Chanel y sus precioso Vlogs. Uk
https://www.youtube.com/user/lydiamillen
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